La Castanyada: la curiosidad catalana que vive junto a Halloween
Halloween es una fecha que ha traspasado fronteras, pero en ciertos lugares se mezclan o conviven con costumbres locales mucho más antiguas y menos conocidas. Una de esas tradiciones es La Castanyada, celebrada en Cataluña, España, la cual ofrece una mirada distinta al recuerdo de los muertos y al otoño, fusionando gastronomía, historia y comunidad en una celebración muy peculiar.
¿Qué es La Castanyada?
La Castanyada es una festividad tradicional de Cataluña que tiene lugar el 31 de octubre, coincidiendo con la víspera de Todos los Santos. En lugar de centrarse en disfraces o actividades de terror como Halloween, la Castanyada gira en torno a la familia, los alimentos otoñales y el recuerdo de los difuntos mediante símbolos sencillos.
Se come castañas asadas (“castanyes”), moniatos (batatas o camotes asados), panellets (dulces de mazapán cubiertos de piñones u otros frutos secos), y se bebe vino dulce o moscatel.
Orígenes históricos: mezcla de pagano, agrícola y religioso
La Castanyada tiene raíces que combinan tradiciones paganas, culturales agrícolas y rituales religiosos. Se cree que en siglos pasados, los trabajadores rurales que tenían que velar por los difuntos en la iglesia o campanas, se alimentaban con frutos energéticos como castañas y boniatos para pasar la noche.
También se asocia al periodo de cosecha, cuando los productos otoñales como las castañas estaban en su mejor momento. Además, la Iglesia adaptó algunas celebraciones ancestrales alrededor del fin de octubre y principios de noviembre para honrar a los muertos, integrando la festividad como parte de Todos los Santos.
¿Cómo se celebra hoy La Castanyada?
Actualmente, la celebración mantiene elementos tradicionales, pero también ha adoptado adaptaciones modernas debido al contacto con Halloween y la cultura global. Algunas partes de Cataluña combinan ambas festividades, decorando con calabazas y disfrazándose, aunque siempre conservando el corazón de La Castanyada: los alimentos, las reuniones familiares y el recuerdo de los muertos.
La figura de la castanyera es un símbolo típico: mujeres mayores que vendían castañas asadas en la calle, con mantones sencillos y faldas largas. Hoy, aunque menos frecuente que antes, esa imagen se conserva en representaciones folklóricas, puestos callejeros y en la decoración otoñal.
Curiosidades poco conocidas de La Castanyada
- A pesar de que Halloween tenga mayor visibilidad mediática, muchos catalanes mayores prefieren La Castanyada, no solo como tradición gastronómica, sino como un acto simbólico de comunidad y recuerdo, que va más allá de los disfraces.
- Panellets, los dulces tradicionales, antiguamente se hacían con lo que se encontraba en casa: almendra molida, azúcar y los frutos secos disponibles. Con el tiempo se diversificaron los sabores: coco, chocolate, café, etc.
- Las “castanyeras” siguen siendo parte visible del otoño en mercados y ferias, aunque su rol comercial ha disminuido frente a la modernización y la influencia turística.
Diferencias clave entre Halloween y La Castanyada
- Halloween enfatiza el miedo, los disfraces y lo sobrenatural; La Castanyada enfatiza el recuerdo, la familia y los sabores otoñales.
- Halloween tiene raíces celtas transformadas por tradiciones modernas, más ligadas a la cultura anglosajona. La Castanyada, en cambio, es una tradición catalana con origen agrícola y religioso propio, que ha resistido adaptaciones externas.
- En Cataluña, muchas personas combinan ambas festividades, pero La Castanyada mantiene presencia fuerte en casas, escuelas y celebraciones populares, especialmente entre generaciones mayores.
Conclusión
La Castanyada es una joya cultural que convive con Halloween sin perder su identidad. Es una curiosidad que aporta historia, sabor y comunidad en lugar de sustos y disfraces. Descubrirla nos permite entender cuán rica y diversa puede ser la forma de conmemorar fechas relacionadas con los difuntos y el otoño. Este tipo de tradiciones poco conocidas no solo enriquecen nuestro conocimiento global, sino que pueden rescatar aspectos culturales que corren el riesgo de desaparecer ante la uniformidad global.

