Cómo dejar de posponer el hacer ejercicio
¿Te has propuesto empezar a hacer ejercicio, pero la desidia siempre se interpone? La falta de motivación inicial es uno de los mayores obstáculos para incorporar el ejercicio a tu rutina diaria. Sin embargo, superar esta barrera es más fácil de lo que crees. En este artículo, te compartimos consejos prácticos y estrategias efectivas para dejar atrás la flojera y convertir el ejercicio en un hábito permanente.
1. Define tus metas y objetivos claros
Un paso fundamental para superar motivarte es establecer metas realistas y específicas. En lugar de decir “quiero hacer ejercicio”, determina qué quieres lograr: ¿Perder peso, ganar fuerza, mejorar tu salud o reducir el estrés? Define objetivos a corto y largo plazo, como caminar 30 minutos diarios o realizar 3 sesiones de gimnasio a la semana.
Tip: Mantén un diario para registrar tu progreso, esto te ayudará a visualizar tus logros y mantenerte motivado.
2. Encuentra una actividad que te apasione
El ejercicio no tiene que ser aburrido o monótono. Explora diferentes opciones, como bailar, nadar, practicar yoga o realizar caminatas al aire libre. Elegir una actividad que disfrutes hará que sea más fácil incorporar el hábito a tu rutina.
3. Establece una rutina diaria
Incluir el ejercicio en tu día a día requiere consistencia. Identifica el mejor momento para ti, ya sea por la mañana, tarde o noche, y bloquea ese tiempo exclusivamente para entrenar. Usa alarmas o recordatorios para ayudarte a cumplir con tu compromiso.
Tip: Si eres principiante, empieza con 10-15 minutos al día y aumenta gradualmente el tiempo.
4. Encuentra un compañero de ejercicio
Hacer ejercicio con un amigo o familiar puede ser un gran motivador. Un compañero te ayudará a mantener el compromiso y hará la actividad más amena. Además, la responsabilidad compartida ayuda a reducir la probabilidad de abandonar el hábito.
5. Supera el miedo al fracaso
Es común sentir que no estás a la altura, pero recuerda que todos comienzan desde cero. Si un día no logras ejercitarte, no te castigues. En lugar de enfocarte en el error, vuelve a intentarlo al día siguiente. La clave está en la constancia, no en la perfección.
6. Premia tu esfuerzo
Incentívate a ti mismo con pequeñas recompensas por cumplir tus metas. Por ejemplo, compra ropa deportiva nueva, disfruta un baño relajante o haz una actividad que te guste. Este sistema de recompensas refuerza el hábito y lo hace más atractivo.
Tip: Las recompensas deben ser saludables y alineadas con tus objetivos.
7. Visualiza los beneficios a largo plazo
El ejercicio no solo mejora tu físico, sino también tu salud mental y emocional. Visualiza cómo te sentirás más fuerte, con mayor energía y confianza a medida que avances. Esto te dará un empujón extra para superar la desidia.
8. Simplifica el inicio
No necesitas equipos costosos ni inscribirte en un gimnasio para empezar. Opta por ejercicios simples que puedas realizar en casa, como sentadillas, abdominales o saltos. Elimina las excusas y comienza con lo que tienes a tu alcance.
9. Transforma tu mentalidad
Superar la desidia para hacer ejercicio no es fácil, pero con pequeños pasos puedes lograrlo. Define tus metas, establece una rutina, y encuentra actividades que disfrutes. Recuerda que cada esfuerzo, por pequeño que sea, te acerca más a un estilo de vida saludable.