Teoría del chivo expiatorio
Esta teoría aparece con frecuencia en los escenarios familiares. Ser el chivo expiatorio siempre es estresante, pero serlo en la familia es totalmente devastador.
La teoría viene desde antiguas sociedades tribales, en donde se escogía una cabra para representar los pecados de toda la comunidad, su sacrificio servía para expiar toda mancha.
En el ámbito familiar, los padres narcisistas proyectan sus frustraciones en los hijos y lo que hacen es volcar el malestar sobre ellos. Las personas que sufren infelicidad, frustración y ansiedad transfieren energía negativa sobre los demás.
Los que crecen con padres narcisistas, suelen creer a lo largo de su vida que algo está mal con ellos, eventualmente, el hijo queda agotado y se da cuenta de que el problema no está en él sino en el entorno familiar. Sin embargo, la teoría del chivo expiatorio puede continuar en la vida adulta donde los padres recriminan que sus hijos no hacen lo suficiente por ellos.
Lo más importante en estos casos es reparar el daño causado, sanar la autoestima, la identidad y liberarse de culpas que no son de uno. De esta manera, se podrá decidir el tipo de relación que se quiere llevar con los elementos narcisistas de la familia.